miércoles, 1 de febrero de 2012

Proyectos Profesionales 2012

Cristina se le sumó Daniel Scioli. Los que pensaban que verlo en aquella solicitada a página entera rezando de rodillas sería insuperable, que tengan y guarden: El gobernador de la provincia de Buenos Aires acaba de hacer circular una foto donde se lo ve en el consultorio de un médico francés, al que visitó para controlar y ajustar su prótesis. En la imagen, Scioli se deja ver de espaldas, en cuero, mientras el especialista le hace mediciones. Todito a la vista y sin blurear.

Ya no hay dudas. Esta temporada la moda no es la biquini ni la triquini. En el verano 2012, lo que se usa, es la herida. El "surgery print"

Lo que era tabú ya no lo es más. Por eso la trasgresión ya no está en mostrar un glúteo sino en exhibir ese lugar del cuerpo en donde "la valentía, los sueños y el deseo indomable de esa mujer o ese hombre", chocaron contra algún límite. ¨El cuerpo le quedó chico¨, dijo alguien de Néstor Kirchner.

 Esta temporada la moda no es la biquini ni la triquini. En el verano 2012, lo que se usa, es la herida. El "surgery print". En esta vieja pero remozada lógica, la cicatriz de una enfermedad o un accidente es la marca que queda cuando Dios o el destino o la biología se encaprichan en encajar a la fuerza, a un alma supuestamente extraordinaria dentro de un cuerpo ordinario. Lo superlativo del contenido hace rebalsar al envase estándar. Lo rompe. Ese resto, lo que no entra, puede ser transformado en un nuevo capital político: Para mostrarse más humanos, más falibles y genuinos, ¿por qué no mostrar la "herida íntima"?

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